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miércoles, 6 de noviembre de 2013

En 1801, Los primeros cohetes con fines bélicos

 En Europa, los primeros cohetes se usaban con fines bélicos. En Gran Bretaña, en el siglo XIX, William Congreve construyó un cohete que se utilizó durante las Guerras Napoleónicas provocando, entre otras cosas, el incendio de la ciudad de Copenhague (Dinamarca). Casi simultáneamente, en 1806, el experto pirótecnico francés Claude Fortuné Ruggieri logró enviar a una oveja a 200 metros de altitud en Marsella.
A finales del siglo XVII las tropas coloniales británicas fueron sorprendidas y derrotadas en la batalla de Seringapatam (India) por los hindúes que utilizaron rudimentarios cohetes de bambú rellenos con pólvora negra; el Reino Unido pronto notó el potencial bélico de los cohetes y es así que William Congreve comenzó el desarrollo de un ingenio militar basado en la experiencia sufrida en Seringapan. El animal descendió en paracaídas a tierra sin sufrir ningún percance. Antes había elevado ratones y otros animales pequeños. Claude era hijo de Petronio, uno de los cinco hermanos de la familia Fortuné Ruggieri que abandonaron Italia para instalarse en París, en 1730. Muy pronto se convirtieron en los pirotécnicos de moda de la alta sociedad europea. Es posible que a Claude le corresponda el honor de ser el primer artificiero que lanzó un ser vivo utilizando un cohete, pero realmente se haría más famoso por sus conocimientos de química que le permitirían mezclar pólvoras con sales metálicas para colorear las luces de sus fuegos artificiales. Mezclando pólvoras con estroncio las hacía rojas, verdes con bario y azules con cobre. Además era capaz de dibujar figuras y de lanzar sus castillos desde globos de aire caliente.
 Imagen de William Congreve

 Imagen de los cohetes bélicos (V2)

      



  Miguel Yuste 3 B

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